24 de marzo de 2012

SEPTENARIO DOLOROSO: 1 - MÚSICA

Arrancando oraciones, suspiros y plegarias. Entre promesas y fervor La Palma vuelve a reencontrarse con su devoción más sincera, elevando la vista a lo más alto del cielo parroquial, al cielo bárroco donde el sexto dolor se hace hiriente realidad. La Madre abre sus brazos y presenta en su desconsuelo al Hijo muerto, al Rey yacente que duerme entre sábanas y terciopelos. Vuelven sus días, su Septenario, vuelve la Virgen de los Dolores a presidir desde las alturas, una Parroquia en la que jamás falta su maternal presencia. Vuelve la oración, la meditación de los Dolores, las homilías profundas y el silencio sobrecogedor de la Buena Muerte de Cristo. Vuelve la emoción, la ilusión y la fe que llena de hermanos el Templo.
Así, el 23 de marzo, se iniciaba el Solemne Septenario Doloroso, que venía a servir de pentagrama a unas notas que se pusieron agradecidas ante sus plantas. Tras la Santa Eucaristía, se celebraba ante nuestros Titulares el Concierto de Cuaresma y Exaltación a la Saeta organizado por la Concejalía de Cultura de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento. La Banda Municipal de Música "Nuestra Señora del Valle" de La Palma del Condado y las Escuelas de Flamenco de Bollullos y La Palma dirigidas por el cantaor D. Guillermo Cano, eran las encargadas de hacer vibrar al pueblo cofrade en estas vísperas.
Emotivo y magistral, lleno de contraste, fue este concierto en el que se interpretaron marchas procesionales y se cantaron varias saetas. "Hosanna in Excelsis" de D. Oscar Navarro, la marcha que este próximo Viernes Santo se oirá tras el palio romántico de nuestra Madre de los Dolores por primera vez, sonaba dentro de la Parroquial con fuerza en esta noche primera de Septenario. La saeta a la Virgen de los Dolores cantada por D. Guillermo Cano también quedó entre los asistentes como uno de los momentos más destacados de este concierto.
La Hermandad agradece a la Concejalía de Cultura que hayan querido celebrar ante nuestros Sagrados Titulares este Concierto de Cuaresma, que dejó sin duda un buen sabor en los labios impacientes de La Palma.


Fotos: Manuel V.