5 de enero de 2012

A NUESTRA HERMANA MÁS ANTIGUA DÑA. LUISA CALVO

Ya Dña. Luisa Calvo Díaz, nuestra abuela nonagenaria, la Hermana primera de nuestra lista ha visto la luz del Cristo de la Buena Muerte, ya esta cerquita de su querida Virgen de los Dolores, Aquella delante de quién juró fidelidad y amor verdadero, y desde allí nos ayuda a su Familia y a su Hermandad. Ya está contenta, junto a su marido e hijo. Ya le ha dejado mostrado el camino a su María Dolores, su Ana y su Manuel, y a todos los suyos: ..."Yo siempre le he hablado de la Virgen, le he dicho que la devoción no la pierdan..." nos decía aquel 21 de febrero de 2009 cuando la Hermandad la visitó para entrevistarla...
¡Que alegría tenía Luisa, ya casi impedida, cuando el pasado Sábado de Pasión recibió unas flores del altar de su Virgen! ¡Qué emocionada estuvo hace dos años, cuando entre los hermanos más antiguos, ella fue la única mujer en recibir el Homenaje de la Hermandad! ¡Qué nerviosa y orgullosa espera a su Virgen por la puerta de su hija!... ¡Cuánto cariño nos transmitía con todo lo de su Hermandad, ...cuando nuestro directivo Pepe le acercaba cualquier papel de la misma!...
Ahora más que nunca sus palabras retoman un valor incalculable, y en su memoria, entresacamos parte de su testimonio para cubrir el vacío que ahora nos deja en su Familia y en su Hermandad:
Entonces nos contaba: "Yo tuve Difteria a la edad de dos años, estando muy mala con aquella enfermedad de la garganta; y mi padre ofreció la promesa de apuntarme a la Hermandad. Y dijo que: “mientras él viviera tenía que estar apuntada...”. Pero él murió cuando yo tenía seis años, y entonces mi madre, pobre viuda, dijo que yo seguiría siendo hermana. Así que seguí, aun quedando mi madre viuda muy joven, y después ya de casada, también quise continuar... y mientras esté en vida seguiré". 
Continuaba: "Le he tenido y le tengo devoción a los dos, al Señor y a la Virgen, pero principalmente a la Virgen de los Dolores, porque yo la he seguido de promesa la mar de años. Teniendo cuatro hijos, y los niños chicos siempre estando malitos, he acudido muchos años detrás de mi Virgen de los Dolores alumbrándole con velas tras su manto. Ya os digo, iba muchísimo años en la Estación de la Virgen, acompañándola, aunque el recorrido fuera cansado,... Íbamos en filas detrás de la Virgen. Siempre iba mucha gente acompañando a esta Virgen; la gente le ha tenido mucha devoción porque es de una trascendencia muy antigua".
Hablando de otros tiempos nos afirmaba: "Lo que puedo decir es que yo no he dejado nunca de ir a misa, ni he dejado nunca la devoción de la Virgen. Fíjate que antes cuando se gastaba velo para ir a la Iglesia, yo me lo guardaba en el bolsillo por el camino, porque durante El Movimiento se metían con una,..., y nunca falté de ir”. “Yo siempre escuché decir a mi marido -con mejor memoria- que para evitar quemarlo, el de Rubio, guardó a un Señor entre un montón trigo... pero la verdad es que hay cosas que recuerdo como si fuera ayer, aun teniendo 6 años, y sin embargo otras con más edad, no tanto, y se olvidan”. “Yo pienso que la Virgen, a lo mejor la tuvo Carmela un tiempo en su casa, mientras arreglaban la Iglesia. Ella era muy celosa con la Virgen; como si fuera su Hermana Mayor. La señorita Carmela, la mujer de Rubio, siempre estaba muy atenta de la Virgen, era la que estaba a cargo, la arreglaba,... Aquel matrimonio era mucho de la Hermandad.” “Posteriormente, creo que en tiempos de Rafael Domínguez, el paso de la Virgen, lo tuvimos nosotros un tiempo en nuestra casa mientras se hizo otro, porque estaba muy apolillado, y lo metieron allí en la puerta falsa, por la calle San Antonio. Entonces estaba de directivo mi hijo".
En el recuerdo de aquellas Semanas Santas de sus primeros años, decía: "Yo me acuerdo que antiguamente el Señor salía en una urna de cristal, sencilla pero muy bonita, iba más recogido, y los pasos eran más chicos. Aunque ahora yo lo veo más bonito con los Santos, porque va más acompañado y los pasos son más hermosos".
Y destacando su mayor vivencia de Hermandad, nos resaltaba:"Yo me casé delante de la Virgen de los Dolores, en su propia Capilla, un 19 de marzo hace ya 66 (entonces) años. A mi me parece que incluso estaba en sus Cultos".
Luisa, seguía: "Destaco de la Hermandad mi devoción. Yo lo que sé, es que esta Hermandad me llena mucho y que los pasos son muy bonitos,... yo le colaboro dando mi cuota todos los años y le compro papeletas cuando me la ofrecen, le doy mi donativo cuando vienen pidiendo la extraordinaria. En fin, soy como una hermana más".
Y para anécdotas: "Si. Me acuerdo que de siempre nos ha llovido mucho. Que la Hermandad estuvo muy caída, pero ahora la Cofradía está muy digna, con unos pasos muy preciosos". "El año pasado no la vi muy bien porque desde el balcón de mi María Dolores, se ve muy lejos... pero haber si este año me bajo a la placita del Rocío. A mi me alegra todas las cosas que está haciendo la Hermandad, porque me he criado en esta religión toda la vida, y mi padre ya era hermano desde chico que yo sepa".
Y resumimos su amplia entrevista con el consejo que nos daba a los hermanos: "El consejo que le doy es que no la abandonen y que ayuden en todo lo que puedan para que nuestra Hermandad se realce todo lo que pueda. A mi me alegra mucho que la Hermandad siga adelante como va".
Hermana Luisa, síguenos desde nuestra Hermandad del Cielo. ¡Ayúdanos! y Descanse en Paz. Nosotros, aquí en nuestra oraciones, te echamos de menos...

Foto: Manuel V.