23 de mayo de 2011

AL VIERNES SANTO...

A los que miraron al cielo, a aquellos que no pudieron estrenar la ilusión de nuevos caramelos, al incienso que se quedó en las navetas, a los cirios que no derramaron su cera, a los limpios guardabrisas, a las bambalinas que no chocaron con los varales, al cansancio que no llegó, a las zapatillas que no rachearon, a la música que no sonó, al trabajo de todo un año, al aplauso triste, a las lágrimas que humedecieron las mejillas, al musitar de oraciones, a los sueños que no se cumplieron, a las túnicas impecables, a la espera inquieta, a las promesas, a la rampa que no pisamos, al olor de las flores, a la plata que no se estrenó, a los que nunca han faltado a la cita, al sudor que no mojó los costales, a la saeta desgarradora, a la emoción contenida, a nuestra Valle Coronada, a los que ya no están, a la cuenta atrás, a la mirada de los pequeños, a la lluvia, al clásico andar de los valientes costaleros del misterio, al revuelo devoto de la Madre, a las nuevas calles que la esperaban, a la Cruz que no guió, al rezar de la Corona Dolorosa, al abrazo fraterno, al amor de los costaleros del palio, al atardecer que no vimos, a las papeletas de sitio, a las corbatas negras, a la candelería encendida, a la escolta policial, a la amarga decisión, a los medios que nos siguieron, a los que esperaron a las puertas, a las colgaduras de los balcones, al oro de los bordados, a la reflexión, al luto, al próximo Viernes Santo, a la luz que ya espera y a todos los hermanos de nuestra Servita Hermandad.
Seguiremos caminando juntos para volver a postrarnos el Viernes Santo del próximo año ante nuestro Cristo de la Buena Muerte y su Bendita Madre de los Dolores. Que la gloria de la Resurrección y la fuerza del Espíritu Santo se derramen en vuestros corazones. Gracias.

Foto: Manuel V.