Este gesto de fervor y plegaria viene inspirado en el ejemplo del propio Papa Francisco, quien para la Bendición Urbi et Orbi extraordinaria, ofrecida el pasado 27 de marzo desde el Vaticano, tuvo a bien encomendarse y hacer presente la imagen del Crucificado de San Marcelo y el icono de la Virgen "Salus Populi Romani".
Así, a través de la devotísima imagen de María Santísima de los Dolores, siguiendo los pasos del Santo Padre, queremos encomendar a Dios el ruego desesperado del mundo y nuestro pueblo, implorando la bendición de la mirada misericordiosa y clemente de la Madre Dolorosa, que desde aquella ventana nos mira de frente ofreciendo su protección y velando por nosotros sus hijos.
La ventana hacia la que se dirigen los ojos de la Virgen en estos días, está ubicada justo en la misma pared parroquial donde se encuentra su azulejo, frente a la Jefatura Policial de nuestro pueblo.
Decía Su Santidad en la citada homilía de la Bendición Urbi et Orbi: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Pongamos nuestra fe a los pies de esa ventana con nuestras oraciones, acordándonos desde casa especialmente de sus Dolores en estos días en que vamos a conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo. Pidámosle a la Señora, por el fin de la pandemia, la sanación de los enfermos y el descanso eterno de los fallecidos.
Hasta el final de la batalla, Ella estará ahí, mirando a su pueblo, ofreciendo el consuelo que derrota los miedos y la esperanza del milagro que salve al mundo de los males que lo amenazan.
