29 de septiembre de 2012

LA PRIMERA VEZ...

La primera vez...
Despacio, muy lentamente, acariciando un cielo de recuerdos, rozando con el alma el herido corazón de este pueblo. Entre penumbras que saben de llamas, acurrucada entre los suyos, entre los que siempre fueron solamente de Ella y junto a Ella viven. Rodeada de amor forjado con el peso inconmensurable de la devoción, reviviendo en un presente de colores nítidos aquello que en su piel va grabado a fuego como señales de guerra. Vuelve con sus manos abiertas, abrazándose a cada tormento, haciendo suyo cada uno de los pesares que duelen al mundo. 
Y viene en la calma, en la paz infinita, estremeciendo entre bambalinas, levantando suspiros y condenando a un amor sin tregua a todo aquel que es capaz de mantenerle unos segundos la mirada. Estrenando cada ofrenda, cada promesa y cada plegaria que se borda en el oro de su cielo y se funde como plata entre las jarras que ya huelen a la gloria. Llega entre jazmines a un paraiso de negras sombras donde la luz se derrite a sus plantas. 
Y sigue estrechando distancias, acortando pasos de una primera vez que se antoja inolvidable e irrepetible. Primera vez de nardos, rosas y orquídeas, del cantar de las Hermanas de la Cruz, de la emoción hecha lluvia de flores entre sus calles. Primera vez de unas marchas que esconden entre pentagramas milagros y promesas, del rozar el blanco mármol de la Capilla de la Calle Cabo y besar el sol en la Calle Sevilla. Primera vez frente a frente a quienes se quedaron esperando al costalero que quiso acudir pronto a su cita. Primera vez de septiembres de flor de lis, del reflejo plasmado en el azulejo que es ofrenda de quienes ponen pies a la devoción, del gozo de los policías que la aclaman su Protectora. 
Primera vez de tanto y tantos... Primera siempre en el sentir de sus hermanos y primera eternamente para el Altísimo. Agotando el tiempo en su cintura, bebiendo sorbo a sorbo cada lágrima y volviendo a su mirada una y otra vez... 75 años y hoy será la primera vez, hoy la última luz será la primera y su gente pondrá un nombre único a su historia, temblará cada alma y la ciudad se llenará con siete letras que son paralelismo perfecto... Todo tendrá sentido porque está escrito que en lo hondo del corazón de La Palma laten siempre sus Dolores.

Foto: Manuel V.