En la celebración de la Inmaculada Concepción, y organizado por la Hermandad de Ntra. Sra. del Valle dentro de su apretada agenda de actos y cultos de la Coronación, se ha celebrado un Rosario público con todas las Hermandades Parroquiales. Inicialmente fue previsto para la tarde del día 8, pero la intensa lluvia de aquel día sólo recomendó celebrar en el interior de la Parroquia la Solemne Función a la Pureza de la Virgen, quedando instalados en el presbiterio todos los estandartes marianos que representaban a cada una de las Hermandades, mientras que una representación de nuestra Hermandad del Santo Entierro quedaba situada en un banco reservado para la participación en la Santa Misa; previamente había sido rezado en el Valle el Santo Rosario donde estábamos todos citados.
De esta manera se tuvo que esperar al pasado domingo 12 de diciembre para poder salir a la calle y cantar las avemarías a la Virgen. En esta ocasión nuestra representación vino por doce miembros de nuestra Junta de Gobierno, dónde como estandarte mariano nuestro vocal de capilla portaba la insignia del tercer tramo de Virgen que se saca en la Estación de Penitencia de cada Viernes Santo, el Mater Dolorosa, que a su vez iba alumbrado por una pareja de faroles. Partimos de nuestra propia Capilla, dónde la Stma. Virgen de los Dolores, de celeste y blanco, esperaba el inicio del rezo y concluimos en la ermita dónde Ntra. Sra. del Valle fue receptora de todas las plegarias y letanías que el pueblo cristiano de La Palma le proclamaba.
Fue un acto intenso, de no más de 45 minutos, pero muy emotivo, que hasta la providencia situó nuestra advocación de la Dolorosa entre los títulos marianos que celebrábamos aquel día, siendo acotados entre el Simpecado dedicado a la Virgen Inmaculada y el Simpecado dedicado a la Virgen del Valle.
Fue por último una jornada de fraternidad, que recalcaba el momento de unidad que ya se vivió a finales de noviembre en la Convivencia de Hermandades palmerinas, que dirigió nuestro Director Espiritual, el R.P.D. Francisco J. Martín Sirgo, en el Colegio del Altozano, dónde acudimos también un nutrido grupo de nuestra Junta de Gobierno del Santo Entierro y compartimos con las restantes nuestras propias oraciones comunes.
De esta manera se tuvo que esperar al pasado domingo 12 de diciembre para poder salir a la calle y cantar las avemarías a la Virgen. En esta ocasión nuestra representación vino por doce miembros de nuestra Junta de Gobierno, dónde como estandarte mariano nuestro vocal de capilla portaba la insignia del tercer tramo de Virgen que se saca en la Estación de Penitencia de cada Viernes Santo, el Mater Dolorosa, que a su vez iba alumbrado por una pareja de faroles. Partimos de nuestra propia Capilla, dónde la Stma. Virgen de los Dolores, de celeste y blanco, esperaba el inicio del rezo y concluimos en la ermita dónde Ntra. Sra. del Valle fue receptora de todas las plegarias y letanías que el pueblo cristiano de La Palma le proclamaba.
Fue un acto intenso, de no más de 45 minutos, pero muy emotivo, que hasta la providencia situó nuestra advocación de la Dolorosa entre los títulos marianos que celebrábamos aquel día, siendo acotados entre el Simpecado dedicado a la Virgen Inmaculada y el Simpecado dedicado a la Virgen del Valle.
Fue por último una jornada de fraternidad, que recalcaba el momento de unidad que ya se vivió a finales de noviembre en la Convivencia de Hermandades palmerinas, que dirigió nuestro Director Espiritual, el R.P.D. Francisco J. Martín Sirgo, en el Colegio del Altozano, dónde acudimos también un nutrido grupo de nuestra Junta de Gobierno del Santo Entierro y compartimos con las restantes nuestras propias oraciones comunes.
Fotos: J.D. González y Manuel V.
